La lista de beneficios para la salud es larga.

Sepa, por ejemplo, que esta práctica estimula la circulación sanguínea. El calor de la sauna hace que los vasos sanguíneos se dilaten y contribuye al buen funcionamiento del sistema cardiovascular.

Los estudios demuestran que el uso frecuente de la sauna (hasta 7 veces por semana) reduce el riesgo de ataques cardíacos y enfermedad de las arterias coronarias.

La sauna es un buen calmante para el estrés: con el calor, el cuerpo libera endorfinas que relajan a la persona.

El ritual también se recomienda para personas con problemas respiratorios (asma, bronquitis). 

Los poros dilatados también permiten que la piel se limpie profundamente.

Si es posible, vaya a la sauna antes y durante el invierno, ya que estimula el sistema inmunológico y ayuda a combatir virus como la gripe.

Por otro lado, te sentirás aliviado si sufres de reumatismo y dolores articulares.